Si te perturba la histeria colectiva que vivimos hoy en día debido a la pandemia mundial que enfrentamos, es probable que para un ciudadano europeo de mediados del siglo XIV esto sea un chiste. Y es que durante la terrible peste negra la muerte estaba al acecho en todo momento. En cualquier momento, podía tocar el turno a tu vecino, hermano, padre o incluso a uno mismo.
Si bien las consecuencias mortíferas de esta tragedia, que se llevó a un tercio de la población europea fueron estrepitosas, lo cierto es que las consecuencias sociales y sistemáticas que esta conllevó podrían llegar a ser comparables con la crisis que vivimos hoy en día. ¿Te interesa saber a qué me refiero, así como el desarrollo y consecuencias de esta pandemia?
Configuración del Mapa de Europa en 1348
Primero, ubiquemos el mapa de Europa durante 1347. El centro de Europa estaba dominado por los diversos estados integrantes del Sacro Imperio Romano Germánico. Hungría dominaba el centro-este, con algunos estados vasallos como los rumanos Valaquia y Moldavia.
El Imperio Serbio se había expandido hacia el sur, relegando a Bizancio. Asimismo, el este había sido conquistado por el Imperio Mongol, quien había creado varios estados vasallos. Regresando a Europa Occidental, Italia se dividía en diversos estados como Génova, que había conquistado parte de Crimea.
Castilla, Aragón y Portugal casi habían expulsado a los musulmanes de la península ibérica, quienes se mantenían en Granada. Finalmente, Inglaterra había ocupado ciertos territorios de Francia habiendo comenzado la Guerra de los 100 años desde 1337. Aunque claro, esta se suspendería durante los terribles acontecimientos por acaecer.
Origen de la Peste Negra (1333 – 1347)
En fin, ahora vayamos a la enfermedad. Se cree que su origen pudo haberse dado en China, que para ese entonces era gobernada por la Dinastía Yuan impuesta por el Imperio Mongol de Gengis Kan. Como sabrás, los mongoles eran conquistadores nómadas que durante sus excursiones habrían expandido la enfermedad por toda Asia, en donde también habrían muerto millones de personas.
En cuanto al origen epidemiológico, la peste negra se habría originado tras el contacto con roedores, cuyas pulgas transmitirían la enfermedad al saltar hacia los humanos. Los síntomas eran una altísima fiebre, sangrado por varios orificios, una intensa sed, tos, y sobre todo la aparición de bubones negros debido a la inflamación de los ganglios del sistema linfático, de los que supuraba un líquido con un nauseabundo olor. De ahí el nombre de peste negra.
Bien, ahora hablando de fechas, el brote se habría iniciado hacia 1333, siendo la ciudad de Nanchang uno de los primeros focos de infección. La pandemia se fue expandiendo por todo Asia por causa tanto, de las ya mencionadas, conquistas mongolas como por las rutas comerciales.

Y es que con el establecimiento del vasto Imperio Mongol, durante el siglo XIV se había establecido la Pax Mongólica, mediante la que los territorios conquistados vivieron un periodo de paz plasmada en el intercambio comercial y fortalecimiento de rutas comerciales. Aunque claro, en este caso esto conllevó a trágicas consecuencias. Hacia 1346, ya había llegado a la Península de Crimea, importante puerto comercial entre Asia y Europa.
Si bien los mongoles habían establecido la paz por sus territorios en Asia, aún buscaban consolidarse en Europa. En 1346 ocurre el sitio de Caffa[1], ciudad por entonces bajo soberanía de la República de Génova. A pesar de llegar a ciertos acuerdos, las tensiones siguieron, pues la ciudad monopolizaba el comercio del Mar Negro. Al no poder penetrar en la ciudad, los mongoles lanzaron mediante catapultas los cadáveres de soldados muertos por la epidemia. Este fue el primer indicio de uso de una peste como arma bilógica.
1347
Con esto, la ciudad se convierte en el primer foco europeo de infección. En octubre de 1347, un buque zarpó de Caffa hacia Mesina, Sicilia y es aquí cuando se considera el inicio del pico de la peste en Europa, expandiéndose en dos meses por el sur de Italia, la actual Grecia y el oeste de Anatolia. Y es aquí importante analizar el contexto de Europa para entender esta rápida propagación.
Al igual que Asia, dentro de Europa se vivía una relativa estabilidad y paz, salvo por algunos conflictos. La economía se encontraba en constante crecimiento gracias al comercio entre los países. Durante el último siglo había ocurrido un considerable aumento demográfico que contribuyó al crecimiento de grandes ciudades, cuya higiene no era su fortaleza. Y claro, con ciudades más aglomeradas y sucias, mayor la propagación.
Además de lo anterior, hay que considerar que desde inicios del siglo XIV, se inició la Pequeña Edad de Hielo, en la que las temperaturas descendieron, causando disminución en las cosechas que a la larga llevaron a ciertas hambrunas y malnutrición. Con esto, la epidemia encontró a dos o más generaciones con un sistema inmunológico debilitado desde la infancia.
1348
Hacia 1348, la peste se siguió expandiendo por todo Italia, Suiza, sur de Inglaterra, norte de la península ibérica, gran parte de Francia y los Balcanes. La expansión a esta última región se pudo haber dado por la campaña del rey Luis I de Hungría para reclamar el trono de Nápoles D.A Esta campaña se dio luego que su hermano Andrés muera asesinado por su esposa la Reina Juana de Nápoles. Ante tanta muerte por la enfermedad, la invasión fue suspendida, llevándose consigo la enfermedad a ser propagada en su país.
Otro factor a favor de la rápida propagación, era que en ese entonces -e incluso en la actualidad al 100%-, se desconocían las causas y tratamiento de la enfermedad. Ni siquiera había certeza de la forma en que uno se contagiaba, por lo que incluso varios médicos cayeron enfermos. Con todo esto, la tasa de mortalidad de esta pandemia llegó hasta un 80%.
También el hecho que todos los médicos de la época tenían que haber estudiado teología y debían ceñirse a las leyes de la iglesia católica, que tildaba diversas investigaciones como herejía. Algunos de los ineficientes tratamientos eran la disolución de un verso bíblico en vino para dárselo al paciente. Que claro, carecía de algún sentido.
1349
Llegando a 1349, la peste se llegó a expandir por el sur de la península ibérica, Inglaterra e Irlanda, Noruega y gran parte de Europa Central. La muerte se había expandido principalmente hacia las grandes ciudades. Algunos focos habían reducido su población a más del 50% como Florencia. Los perturbadores hechos de esta ciudad fueron documentados por el escritor Giovanni Boccaccio en su obra literaria.
Así como la muerte, la histeria colectiva se había expandido por todo el continente. La gente se dividía en dos bandos, aquellos que quisieron vivir estos días como si fuese el último, y los que se encomendaron a Dios, llegando algunos al fanatismo. Sí, con esto me refiero al movimiento de los flagelantes, surgido en Italia.
Los flagelantes eran un grupo de personas que marchaban en procesión autoflagelándose buscando la absolución de sus pecados. Claro, ante tal desgracia, la ira de Dios era la respuesta más razonable para la mente medieval. Este grupo fue condenado por el papa Clemente VI desde Avignon[2], quien dicho sea de paso, reafirmaba que la peste era un castigo divino. Como te imaginarás, los flagelantes nunca fueron absueltos y sus procesiones ayudaron a propagar aún más la enfermedad.
1350 – 1353
Durante los siguientes años, la peste se expandió hacia parte de Escandinavia, Escocia, Rusia que por entonces era la República de Nóvgorod. Algunos lugares con pocos o nulos focos de contagio, el este de Alemania, Polonia, partes de los Países Bajos, la frontera entre Francia y España, Finlandia y el norte de Escandinavia, este último gracias a las bajan temperaturas que estropeaban la propagación de la bacteria.
Ante tanta desgracia, se buscó un chivo expiatorio. En este caso, fueron los judíos, a los que se acusó sin pruebas contundentes del envenenamiento de pozos. Con esto, fueron señalados y linchados por toda Europa en los conocidos pogromos judíos. Uno de los más sangrientos, la masacre de Estrasburgo, Alsacia, en donde cientos de judíos fueron quemados vivos en febrero de 1349.
La peste alcanzó su máximo esplendor entre 1347 y 1353, tras la que sobrevivieron solo aquellos que pudieron escapar al campo o cuyo sistema inmunológico pudo aguantar la enfermedad. Si bien esta peste tuvo sucesivas réplicas hasta 1490, ninguna fue tan mortífera como la de estos años. Ahora, es importante aclarar las consecuencias sociales y económicas.
Estas afectarían al sistema de la época, el feudalismo. Al haber muerto gran parte de la población, la mano de obra en los campos fue reducida considerablemente, generando el incremento de la movilidad social. Ahora, los siervos se atrevieron a moverse de sus feudos –en donde solían nacer y morir- al encontrar mejores ofertas laborales con sueldos más dignos.
Lo anterior es considerado como el inicio de la decadencia del feudalismo en Europa Occidental y Central. Asimismo, la iglesia que fue incapaz de mostrar una solución ante tal desgracia, fue perdiendo credibilidad, comenzando la población a cuestionarse acerca del abrumante poder e influencia que hasta la fecha acaparaba.
Lo anterior fue el primer paso hacia el Renacimiento, movimiento cultural iniciado en Florencia, uno de los principales focos de la pandemia. Este movimiento se expandió durante los siglos XV y XVI, determinando el fin de la Edad Media mediante la difusión de ideas de humanismo y renovación de la búsqueda del conocimiento y el cuestionamiento de las doctrinas reinantes.
Y ahora, volviendo a la pregunta del inicio del vídeo. ¿En qué se podría parecer la Peste Negra a la pandemia del COVID-19? Si bien esta se muestra mucho menos mortífera, las consecuencias económicas y sociales hasta el momento no tienen precedentes.
Fronteras completamente cerradas, calles vacías, la economía asfixiándose día a día… aunque por otro lado, el medio ambiente está sanando. Después de mucho tiempo se puede respirar aire fresco, los animales de los bosques ya no verán su hábitat destruido, hasta los delfines han salido a jugar por las costas de Venecia.
Irónico que este virus se llame coronavirus, a lo mejor haciendo referencia a que todo este tiempo hemos pensado que teníamos una corona al reinar indiscutiblemente sobre el mundo y el resto de las especies. Y es ahora, en plena crisis cuando la gente se empieza a cuestionar esto. Un virus minúsculo nos está quitando la corona, encerrándonos en nuestras cuarentenas.
Con todo esto, será posible que al igual que los habitantes de la decadente edad media que se cuestionaron el sistema feudal y la influencia de la iglesia tras aquella tragedia, los humanos de hoy en día, ¿nos comencemos a cuestionar acerca que no somos tan invencibles como creíamos? ¿Qué eventualmente el daño que le hemos hecho a nuestro hogar algún día sería revertido? ¿Servirá esto para llegar a un segundo renacimiento? No lo sé. Lo dejo a tu criterio.
¿Y tú qué opinas? ¿Cuáles crees que serán las consecuencias de esta pandemia? ¿Serán comparables a las de la peste negra? No te olvides de dejar tu comentario.
Notas
- ↑Caffa (actual Feodosia) fue disputada entre italianos y mongoles desde el siglo XIII.
- ↑ Clemente VI fue uno de los siete papas del periodo del Papado de Aviñón, cuando la sede papal se trasladó a esta ciudad, volviendo a Roma en 1378.