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    Historia de Finlandia. Un frío, pero próspero país.

    Debido a su cercanía geográfica y cultural con Suecia, se suele considerar a Finlandia con un país escandinavo. Sin embargo, si queremos analizar estrictamente su pasado, los finlandeses no son ni germánicos ni europeos, sino más bien urálicos. Este pueblo sobrevivió a merced de dos grandes potencias de las que fueron parte por mucho tiempo. ¿Quieres saber más de este frio y remoto país? ¿Te interesa conocer la historia de Finlandia?

    Prehistoria

    Los orígenes del pueblo finlandés es asunto de controversia y lo poco que se sabe es gracias a la filiación lingüística de su idioma. Al ser el finlandés un idioma ugrofinés de la familia de lenguas urálicas, algunos afirman que su origen fue el centro-oeste de Siberia. Al pie de los Montes Urales.

    Otros han sugerido que la gran patria finlandesa se estableció entre el río Volga y Escandinavia. Un territorio que por sus pocos recursos permaneció escasamente habitado por mucho tiempo. También se cree que fueron migrando en numerosas olas sucesivas, empujando a los pueblos sami hacia el norte, otro pueblo ugrofinés que se mantiene hasta la actualidad.

    Lo que es casi universalmente aceptado, es que llegaron en calidad de nómadas. Sus técnicas de agricultura las habrían aprendido de los pueblos indoeuropeos con los que tuvieron alguna relación. La razón por la que no fueron asimilados, la ya mencionada escasez de recursos en esta zona tan fría.

    Ubicándonos en el tiempo, estas teorías sugieren que el pueblo finés se habría establecido alrededor del tercer milenio antes de la era común. Aquí desarrollaron sus propias creencias religiosas recopiladas en la Mitología Finesa, estrechamente vinculada con la Mitología Estonia. Por la similitud religiosa y lingüística con este país, es que se le considera el pueblo más cercano.

    Espadas de la Edad del Hierro tardías encontradas en Finlandia
    Espadas de la Edad del Hierro tardías encontradas en Finlandia

    Los finlandeses tuvieron creencias politeístas y animistas, siendo Ukko el dios principal, asociado con el cielo, los fenómenos meteorológicos y los cultivos. También tuvieron una cosmovisión con una estructura definida, que incluía un mundo de los muertos al que denominaban como Tuonela.

    Hacia el siglo I D.C se inició el comercio con los pueblos germánicos establecidos en Escandinavia. En su mayoría, los finlandeses ofrecían pieles y recibían diversos productos. Incluso, se encontraron artefactos romanos, aunque se duda si tuvieron contacto directo con Roma.

    También se puede inferir que los pueblos fineses vivieron en sociedades estratificadas. La existencia de entierros ricamente adornados demuestran esta afirmación. Sin embargo, no hay pruebas que se haya formado una sociedad centralizada ni estados organizados fineses. Ni siquiera durante la era vikinga. Aparentemente tampoco fueron invadidos durante la edad antigua.

    Consolidación sueca (1150 – 1323)

    Lo anterior cambiaría con el ascenso de Erik IX, rey del por entonces consolidado Reino de Suecia. El mencionado monarca, apodado el santo, emprende la Primera Cruzada Sueca en 1150. Tradicionalmente se considera como la conquista de Finlandia por Suecia, aunque este carezca de mucho sustento histórico.

    Lo cierto, es que la cristianización de Finlandia comienza desde el siglo XII. Así, con la llegada de misioneros suecos, se funda la primera ciudad del país, Turku. Por su parte, los rusos ortodoxos, por entonces asentados en Nóvgorod, ocuparon la región de Carelia en donde fueron impartiendo su religión. Con esto, comienzan los primeros enfrentamientos entre rusos y suecos desde el siglo XIII, cuya manzana de la discordia sería Finlandia.

    Más que el dominio del pueblo finlandés, el conflicto entre ambas potencias se dio por el Istmo de Carelia. Este paso separa el Golfo de Finlandia con el Lago de Ládoga y servía como una importante ruta comercial. Tras varios conflictos, el istmo se divide entre ambas potencias tras el Tratado de Noteborg (1323), que además estableció la frontera sur entre ambos países.

    Dominio Sueco (1323 – 1721)

    Durante las décadas siguientes, Suecia se siguió expandiendo por Finlandia. Sin embargo, esto no se considera tanto una colonización, en vista que nunca se implantó la servidumbre en la población autóctona. Más bien se constituyó una nobleza finesa, llegando a otorgar el título máximo de duque de Finlandia. Hacia 1581, Finlandia es convertido en un gran ducado.

    En 1590, estalla una nueva guerra entre Suecia y Rusia. Si bien empezaron por disputas del territorio de Estonia, terminaron por delimitar la frontera entre ambos países. Con esto, Suecia obtiene el reconocimiento internacional sobre de casi todo el territorio de la actual Finlandia. Además, una parte de la región de Laponia fue anexionada al entonces ducado finés.

    Reino de Suecia entre 1560-1660

    Con la reforma protestante, Suecia se desliga de la Iglesia Católica, y por consiguiente, Finlandia también se convierte al protestantismo. Ante las nuevas disidencias religiosas, estalla la Guerra de los Treinta Años (1618 – 1648) . Tras la victoria del bando protestante, Suecia se convierte en un imperio que se expande por Estonia y Livonia.

    Con el apogeo sueco, Finlandia comienza un periodo de prosperidad que incluyó la construcción de nuevas ciudades, rutas comerciales y universidades. Sin embargo, este periodo terminó con la Gran guerra del Norte (1700 – 1721), en la que Rusia consigue la victoria ante Suecia. Este episodio marca el fin del imperio sueco, tras perder sus territorios en Estonia y Livonia. Aquí se inicia entonces el periodo denominado como Suecia-Finlandia.

    Suecia-Finlandia (1721 – 1809)

    En la Gran guerra del Norte destaca la invasión y ocupación militar rusa en Finlandia entre 1714 y 1721. Durante este conflicto el país fue devastado, por lo que la historia finlandesa lo recuerda como “La Gran Rabia”. Pasaron muchas décadas para que la población y economía finlandesa se recupere. Tras el Tratado de Nystad de 1721, Rusia se retira del territorio finlandés pero permanece con gran parte del territorio de Carelia.

    Las desventuras de Suecia continúan durante las Guerras Napoleónicas. Y aquí entendamos el contexto que llevó al destino político de Finlandia. Napoleón había firmado la paz con Rusia (Alejandro I), a cambio que este fuerce a Suecia el impuesto bloqueo continental al Reino Unido. Ante su negativa, invade el territorio finlandés, desatando la Guerra Finlandesa (1808 – 1809).

    Dominio ruso: Gran Ducado de Finlandia 1809 – 1918

    En aquel momento Suecia se encontraba simultáneamente en una guerra con Dinamarca, por lo que no pueden apoyar a los finlandeses. De esta manera los rusos consiguen la victoria y obligan a firmar el Tratado de Fredrikshamn (1809). El país finés se convierte entonces en el Gran Ducado de Finlandia. Este contaba con cierta autonomía, pero bajo jurisdicción del Imperio Ruso, al punto que los zares de Rusia ostentaban el cargo de Gran Duque[1].

    A este nuevo gran ducado se le añadieron los territorios conquistados en la Guerra del Norte y las Guerras Napoleónicas. Estableciendo así la frontera de Finlandia próxima a la ciudad de San Petersburgo. En este periodo también se trasladó la capital de Turku a Helsinki. Este hecho es ratificado tras el gran incendio de la primera ciudad finlandesa en 1827.

    Mapa del Gran Ducado de Finlandia en 1914

    El idioma sueco que había influido por siglos a la cultura finesa se mantuvo como oficial. Sin embargo, los rusos estimularon el uso del finés para contrarrestar la influencia sueca. Esta jugada fue contraproducente para Rusia. En pleno siglo de los nacionalismos, el idioma juega un papel crucial. Esto llevó a grandes pensadores como Elías Lonnrot a incentivar el ideas de patriotismo.

    Tras esto, los zares optaron por una tardía política de rusificación de Finlandia desde 1899. Sin embargo esta se vio opacada durante la Revolución Rusa de 1905, que representa la decadencia del poder monárquico y autócrata de Rusia. Tras el desastre de la Primera Guerra Mundial y la consecuente Guerra Civil Rusa (1917 – 1923), los finlandeses patriotas aprovechan para emprender su propia campaña.

    La Guerra Civil Finesa estalla en 1918, tras la que el ocupado ejército bolchevique ruso se retira. Los finlandeses, que habían tenido el apoyo alemán, crean el efímero Reino de Finlandia bajo influencia germánica. Este dura menos de un año, y tras la caída de Alemania luego de la Primera Guerra Mundial, Finlandia consigue la plena independencia. Se establece así la República en diciembre del 1918.

    Finlandia Independiente (1918 – 1939)

    Algunos finlandeses no se conformaron con la independencia. Siguieron incursionando en Rusia con el objetivo de crear la Gran Finlandia con la anexión de territorios de mayoría finesa aún bajo soberanía Rusia. Esto fue hasta 1920, cuando delimitaron las fronteras entre ambos países con el Tratado de Tartu (1920). Ese mismo año, ocuparon las Islas Aland, hecho apoyado por la Sociedad de naciones con tal que se les entregue el status de provincia autónoma.

    Durante el periodo de entreguerras, Finlandia intentó una mayor integración con los países escandinavos. Aunque en lo político, vivió una dura inestabilidad interna causada por la rivalidad entre los partidos conservadores y los socialistas pro soviéticos. Al final estos últimos fueron reprimidos, llegando a declararse ilegales en 1931. A raíz de ello nace el Movimiento Lapuafueron, organización nacionalista de extrema derecha, la cual no dudo en agredir a entidades de la izquierda.

    Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945)

    Ante el acaparamiento de poder de Stalin, y en vista que la paz definitiva nunca se concretó en el Tratado de Tartu, el dictador soviético emprendió esfuerzos por recuperar los territorios perdidos durante la Guerra Civil Rusa. En noviembre de 1939, ocurre el Incidente de Mainila (1939), en donde hubo un bombardeo en la mencionada aldea soviética, fronteriza con Finlandia.

    La historiografía actual califica este como una operación de bandera falsa. Obviamente sirvió como excusa a Stalin para emprender la invasión de Finlandia, dando inicio a la Guerra de Invierno (1939 – 1940). Por más que esta guerra resultó en una victoria soviética, que le permitió recuperar ciertos territorios, dejó en evidencia la ineficacia del Ejército Rojo, el cual tuvo grandes dificultades con el pequeño ejército finlandés.

    Áreas finlandesas cedidas a la Unión Soviética en 1944

    También destaca la participación de Simo Hayha, el francotirador más recordado de la historia de Finlandia, consagrado tras haber matado a 505 soldados enemigos. Por su hazaña es recordado como la Muerte Blanca. Es uno de los máximos héroes de Finlandia, al servir como motivación para la moral del ejército finés.

    Moral que necesitaron para continuar luchando. Pues Finlandia apoyó a Alemania en la Operación Barbarroja con una exitosa invasión inicial al territorio soviético.

    Asimismo, participaron en la Guerra de Continuación (1941 – 1944), en un intento de revertir las duras condiciones impuestas tras la Guerra de Invierno. A pesar del apoyo alemán, no pudieron con el reorganizado ejército soviético y fueron derrotados.

    Con el Armisticio de Moscú, Finlandia se ve forzado por la URSS a expulsar a los alemanes de su territorio. Es así que traicionan a sus antiguos aliados nazis durante la Guerra de Laponia (1944 – 1945). Si bien significó la destrucción de la ciudad, a pesar de la victoria, fue el primer paso para la paz definitiva con la URSS, firmada en 1947.

    1945 – actualidad

    Los primeros años de la posguerra fueron duros para Finlandia. Los soviéticos expulsaron a todos los fineses de los territorios anexados, teniendo el gobierno que acoger a más de 400 mil refugiados. La dura política soviética hacia Finlandia mejoró tras la muerte de Stalin. Ya durante la Guerra Fría, Finlandia pudo mantener su neutralidad, hecho conocido como la “Finlandización”.

    A pesar de no pertenecer explícitamente al bando capitalista, Finlandia se adhirió a la Asociación Europea de Libre Comercio en 1962. La misma que abandonó en 1995 para adherirse a la Unión Europea. Cuatro años más tarde, adoptaría el euro como moneda oficial. La finlandización había acabado en 1991 con la caída de la URSS, lo que le permitió acercarse abiertamente a occidente, especialmente a los países nórdicos.

    Vista de la Catedral de Helsinki, Finlandia.
    Vista de la Catedral de Helsinki, Finlandia.

    En la actualidad, Finlandia se ha posicionado como uno de los países más desarrollados de Europa y con un envidiable Estado de Bienestar. Los índices de corrupción son irrisorios, y su sistema educativo es considerado por muchos como el más eficiente de todos. Muchas cosas que admirar de este frío, pero próspero país.

    ¿Y tú qué opinas de la historia de Finlandia? ¿Lo considerarías como un país escandinavo, a pesar de tener un origen ajeno al indoeuropeo? ¡No te olvides de dejar tu comentario!

    Notas

    1. Al final de la guerra y con la victoria de la coalición, de la que Suecia hacia parte, consigue permanecer con Noruega, arrebatándosela a Dinamarca, aliada de Napoleón.

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