Como la historia nos lo ha demostrado, no hay imperio que dure eternamente, pues estos son cíclicos. Y en la actualidad no cabe duda que el imperio hegemónico de nuestros días tiembla ante la amenaza del ascenso de un gigante dormido en Asia, China. Sin embargo, el ascenso de esa enorme nación al escenario mundial ha sido relativamente reciente, y se ha venido consolidando luego de pasar por diversos procesos, pasando de ser uno de los países más pobres y atrasados del mundo, a la segunda potencia económica con miras de ganar la hegemonía del mundo.
Y como te imaginarás, el país cuenta con una larga historia- así como una de las más sangrientas- desde tiempos inmemorables y en este vídeo abarcaremos tanto la dinastía Ming que surgió de las cenizas del Imperio Mongol, como la dinastía Qing, último bastión imperialista de China. ¿Te interesa conocer este periodo de la historia del gigante asiático? Dale, entonces quédate hasta el final del vídeo.
CHINA BAJO EL DOMINIO MONGOL
Como siempre, veamos los antecedentes de los que ya te he spoileado un poco. Hacia el siglo XIII, el actual pueblo chino estaba dividido en ciertos reinos gobernados por dinastías. Los más resaltantes, la Dinastía Song, Jin y Xia occidental. Sin embargo, ante el ascenso del gran Imperio Mongol del recordado Gengis Khan, estos reinos y todo el territorio de la actual china serían absorbidos en menos de un siglo.
Créditos: François Philipp
El vasto territorio mongol a su vez, se fragmentó en cuatro estados. El que nos compete sería gobernado por una nueva dinastía, la Yuan con Kublai Khan como primer emperador. Hacia la década de 1340, esta dinastía gobernada por mongoles se había debilitado considerablemente. Constantes luchas, hambre y descontento de la población, de la cual los mongoles eran una minoría, crearon el ambiente perfecto para la estocada final de los Yuan: La Revuelta de los Turbantes.
EL ASCENSO DE LA DINASTÍA MING
En este turbulento periodo, diversas facciones lucharon por el poder. De estas, saldría vencedora la facción de la etnia han al mando de Zhu Yuanzhang, quien fundaría la Dinastía Ming con el nombre de emperador Hongwu y estableciendo la capital en Nankin. Por su parte, los mongoles yuan fueron expulsados al norte habiendo perdido total hegemonía en la zona.
Hongwu optaría por un régimen autoritario, en el que ejecuta a su canciller e iría acaparando todo el poder, además de crear una policía secreta de sus guardias. Ante el poder demostrado, la etnia musulmana salar se somete voluntariamente a los Ming, con lo que su territorio anexaría la actual provincia de Qinghai en 1370. Una década luego, logran anexar la actual provincia de Yunnan con ayuda de la etnia Hui. Buena estrategia, avasallar etnias que les ayuden a sus conquistas.
LA ERA YONGLE
Hongwu designó a su nieto Jianwen como sucesor a su muerte, aunque este solo duraría cuatro años en el gobierno, ya que el poder sería usurpado por su tío Yongle, quien era el jefe del ejército y se opuso a la voluntad de su padre, mandando a incendiar el palacio de Nankin, en donde perecería el joven emperador y su familia.
La primera reforma de Yongle fue la de trasladar de vuelta la capital hacia Pekín, donde tenía un feudo militar, convirtiéndola en un imponente centro de poder además de construir la famosa Ciudad Prohibida, donde sería la residencia de los emperadores. También restauró el Gran Canal, que facilitaba el transporte del comercio.
Y hablando de comercio marítimo, otra de sus grandes obras fue la de repotenciar la flota marítima, llegando a construir 2000 navíos que llegaron a comerciar con lugares tan lejanos como el cuerno de África. Esta flota sería comandada por el eunuco Zheng He, quien exploró el sudeste asiático, la India, la península arábiga hasta el canal de Mozambique.
Otra de sus obras, fue la de reforzar la Muralla China a fin de evitar futuras invasiones mongolas. Todo los conocimientos de la época serían recopilados en la Enciclopedia Yongle, en el cual el gran emperador dejaría su legado. Por todo esto, Yongle consiguió extender la influencia china en gran parte de Asia y África.
DECADENCIA DE LA DINASTÍA MING
Durante los posteriores gobiernos a Yongle, se iniciaría la decadencia de la dinastía Ming, la cual se plasmó durante la Crisis de Tumu, en la que los mongoles invaden territorio chino llegando incluso a secuestrar al emperador Zhengtong. Sin embargo, con un cambio de ministro de Guerra (Yu Qian), las fuerzas mongolas pudieron ser repelidas. Consecuencia de esto, inestabilidad política.
Cabe resaltar también el inicio del contacto con los europeos. Los primeros, serían los portugueses, quienes lanzaron una expedición comercial en Guangzhou durante el gobierno del emperador Zhengde y hacia 1557 llegan a fundar una colonia, Macao. Posteriormente, entablaron relaciones con la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales establecidas principalmente en Indonesia y con los que comerciaron seda y porcelana.
Aunque claro, si por un lado se comercia con los europeos, por otro, las tensiones con los vecinos estallarían durante las invasiones japonesas (1592 – 1598) al vasallo de la dinastía Ming, Corea. Luego de seis años de lucha, los chinos logran expulsar a los japoneses a cambio de vaciar las arcas para un elevado coste de guerra.
El emperador Wanli tendría que afrontar esta crisis económica a la que se sumaron los efectos de desastres naturales y la pequeña edad de hielo que perjudicó las cosechas. Consecuencia, hambruna general, numerosas deserciones en el ejército y un rotundo debilitamiento de la dinastía Ming.
UNA NUEVA DINASTÍA EN ESCENA: LA DINASTÍA QING
Para colmo de males, surgiría una nueva amenaza, los manchúes, etnia que se originó en la actual Manchuria y cuyas tribus fueron unificadas como la dinastía Jin Tardía a inicios del Siglo XVII por el líder Nurhaci, quien sería sucedido por su hijo Huang Taiji. El príncipe sucesor cambió el nombre de la dinastía a Qing hacia 1625, tomando Shenyang como capital.
Hacia la década de 1630, los manchúes invaden el territorio mongol del decadente Yuan del Norte que significaría su fin, para luego tomar Mongolia Interior. Hacia 1638 iniciarían la invasión a Corea quien ante presiones se sometería a los manchúes, dejando de lado su lealtad a los Ming. Wow, los manchúes estaban on fire.
A la inminente amenaza manchú se suman rebeliones internas lideradas por Li Zicheng debido a las hambrunas y mala calidad de vida. El debilitado ejército ming, del cual incluso algunos disidentes apoyarían a los manchúes, caería ante las fuerzas enemigas y en medio de la tormenta el último emperador Chongzhen opta por suicidarse en el jardín de la Ciudad Prohibida. La dinastía Ming había caído tras una de las guerras más sangrientas de la historia que dejó un aproximado de 25 millones de muertes.
Al morir Huang Taiji poco antes de concretarse la conquista de Ming, el primer emperador que reinaría sobre este territorio sería su hijo Shunzhi. Y claro, para consolidar el control de los Qing se designó a tres generales ming que apoyaron en el establecimiento de la nueva dinastía para gobernar las provincias del sur: Wu Sangui, gobernaría Yunnan y Guinzhou, Shang Kexi, Cantón y Geng Zhongming Fuijan.
EL GOBIERNO DE KANGXI
A la temprana muerte de Shunzhi le seguiría el reinado de Kangxi, quien tendría que enfrentar una rebelión de los feudatarios en 1673, en vista que no se les permitía que puedan heredar el territorio. Este conflicto duraría ocho años tras los que los gobiernos Qing logran aplastar la rebelión y consolidar el control sobre la China Meridional.
Posterior a esto, Kangxi emprendería ciertas campañas militares. Hacia 1691, logra hacerse con el control de los territorios de la actual Mongolia, así como anexionar territorios de Rusia. Asimismo, negocia con los neerlandeses la cesión de la isla de Taiwán, que tras un breve dominio de la etnia Han con el nombre de Reino de Tungning, finalmente es anexada al territorio Qing en 1683.
Más adelante, Kangxi iniciaría disputas con el Kanato de Zungaria, sucesor de Chagatai y el cual lograría la breve conquista del Kanato Khoshut en 1717, en el cual un clan mongol ofreció la protección de los tibetanos. Al año siguiente, sería arrebatado por la dinastía Qing, pasando a tomar el territorio del Tíbet.
NUEVAS CONQUISTAS
Kangxi fue sucedido por su hijo Yongzheng, quien será recordado por fortalecer el régimen al restaurar el sistema de exámenes estatales, un sistema de pruebas para seleccionar a los funcionarios públicos más capacitados. Sí, todo un sistema de meritocracia que le vino bien a la política china.
Yongzheng fue sucedido por su hijo Qianlong, caracterizado por dirigir personalmente campañas militares en la actual Sinkiang y Mongolia. Hacia 1758 concretaría la conquista del Kanato de Zungaria, anexionando así todo el territorio que incluía a las poblaciones uigures y llegando así a la máxima expansión de la historia de China.
LA DECADENCIA DE LOS QING
Sin embargo, como todo gran imperio que llega a su cenit, de algún modo u otro llegaría la decadencia. Esta se aceleró en el siglo XIX con las conocidas guerras del opio. Pero entremos en contexto, recuerdas que te comenté acerca de la apertura comercial de China con Europa? Pues resalta el comercio con Reino Unido desde la Compañía de las Indias Orientales en la región de Bengala.
China exportaba té, seda y porcelana. Reino Unido proveía opio que como sabrás, pues causa adicción por lo que su comercio sería restringido por el emperador Daoguang, causando un déficit comercial para los británicos. Con esto, optarían por el contrabando que llegó a la venta ilegal de unas 1400 toneladas de opio al año. Esta afrenta terminaría en dos enfrentamientos. Durante el segundo, Reino Unido tendría el apoyo de los franceses.
Resultado: los británicos logran la rendición de China aprovechando su superioridad naval. Con los denominados tratados desiguales y la Convención de Pekin se legalizaría el comercio del Opio, Reino Unido obtiene la colonia de Hong Kong y China, además de dar una dura compensación económica, se vería forzada a abrir el comercio internacional perdiendo el control de sus relaciones comerciales.
Otros tratados desiguales se firmarían con Rusia, el Tratado de Aigun (1858), en el que China cede a los rusos los territorios a la izquierda del Río Amur, y el tratado de Tarbagatai donde cede parte de Sinkiang al actual territorio de Kazajistán. Razón de estas cesiones, los rusos habían enviado gran cantidad de tropas en la frontera y a los Qing se les hubiera hecho imposible abrir una guerra en un nuevo frente.
Para colmo de males, el desprestigio de la dinastía Qing llevaría a la Rebelión de Taiping (1850 – 1864), en la que la etnia hakka liderada por el cristiano converso Hong Xiquan que se proclamó como el hermano menor de Jesucristo se rebela contra el gobierno Qing formando el Reino Celestial de la Gran Paz… aunque de pacíficos no tenían nada, ya que esta revolución se llevó la vida de entre 20 y 50 millones de personas y fue sofocada con la ayuda de británicos y franceses.
EL GOBIERNO DE LA CONCUBINA: CIXÍ
Durante el ocaso de la dinastía Ming entraría en escena la emperatriz Cixi, conocida como la emperatriz viuda, y quien se las ingenió para tener el control de la dinastía de facto como regente primero de su hijo Tongzhi, y luego influenciando a su sobrino durante su gobierno, el emperador Guangxu. Por esto se le conoce como la gobernante detrás de la cortina.
Con respecto a su gobierno, pues es controvertido. Por un lado, lograría recobrar cierta estabilidad tras las sangrientas guerras del siglo XIX al reprimir constantes rebeliones durante la década de 1860, pero por otro se le acusa que toda actividad política era en base a permanecer en el poder, como el hecho de confinar al emperador Guangxu en el palacio ante su intento de aplicar la Reforma de los cien Días, en las que buscaba reformas siguiendo el modelo occidental.
Hacia fines de siglo, los Qing enfrentarían diversas amenazas extranjeras. La primera, la Guerra Franco-China en la que Francia reivindica su soberanía sobre el Tonkín bajo protectorado chino, en el actual Vietnam y así anexarla a la indochina francesa. Además, con el tratado de Tiansin no solo Francia, sino otras potencias extranjeras consiguieron concesiones extraterritoriales en territorio chino además de abrir aún más el comercio exterior por nuevos puertos.
Ante el ascenso de una nueva potencia en el área, Japón, Cixí tendría que afrontar la Primera Guerra Sino-Japonesa, en la que la emperatriz viuda pagaría las consecuencias de no haber modernizado el ejército.
Esta derrota, que además de perder la soberanía de Taiwán y la influencia sobre Corea, significó la pérdida de la hegemonía china en la región ante el naciente imperio del Japón y empeorar aún más la reputación de la dinastía Qing. Con esto ideas republicanas que buscaban modernizar China al estilo de la Restauración Meji en Japón comenzaban a surgir.
El hecho de la creciente influencia extranjera en China sería la causa de la siguiente desventura de Cexí, el levantamiento de los bóxers, en el que en un intento de congraciarse con el pueblo, la emperatriz apoyaría a los rebeldes contra la Alianza de las Ocho Naciones que mantenían la influencia sobre China.
Como era de esperarse, ante la debilidad china este levantamiento fue sofocado por los aliados, viéndose china a pagarles una dura indemnización y tras la que Cixí finalmente cedería a abandonar su política conservadora, realizando múltiples reformas en sus últimos años y prometiendo que se iría insertando progresivamente un régimen constitucional hacia 1916.
Sin embargo, Cixí fallece en 1908, un día después que el emperador Guangxu y la sucede el gobierno regente de la Emperatriz viuda de Guangxu, Longyu. La nueva emperatriz no tendría tiempo de aplicar las tardías reformas, pues por todo el territorio, en donde el poder ya se había ido descentralizando, surgirían diversos movimientos antidinásticos que habían cobrado más fuerzas.
EL FIN DEL IMPERIO
Uno de los más destacables, el liderado por Sun Yat-Sen, fundador del partido Kuomintang quien divulgó las ideas de nacionalismo y democracia. Además, lideraría el levantamiento de Wunchang en la provincia de Hubei, cuya consecuencia directa fue la Revolución de Xinhai ya no solo en una provincia, sino en todo el territorio.
Para evitar más derramamiento de sangre, Longyu firmaría en nombre del joven emperador la abdicación de la dinastía Qing. Ante esto el mapa de China variaría constantemente, pero cabe resaltar la independencia de Mongolia y del Reino del Tíbet inmediatamente después de la Revolución de Xinhai.
Créditos: Michael Chu.
Con esto se iniciaría la República de China gobernada por el Kuomintang y con Sun Yat-Sen como primer presidente. La caída de la dinastía Qing representa el fin de 2000 años de legado imperial, siendo un importante hito en la historia del gigante asiático, y que ha dejado la huella de una revancha por conseguir la hegemonía del mundo, reto que sus actuales gobernantes han decidido aceptar.
¿Y tú qué opinas? ¿Cómo habría cambiado la historia de Asia y qué repercusiones habría en el presente si alguna dinastía china imperial hubiera podido sobrevivir? No te olvides de dejar tu comentario.